miércoles, 5 de noviembre de 2008

Curiosidades

CERVEZA: UN PLACER REFRESCANTE Y SANO


Desde hace años se ha investiga sobre los efectos saludables del consumo moderado de la cerveza. Se trata de algo más que una bebida veraniega. Tomarla con moderación puede reducir la incidencia de algunas enfermedades.

Un grupo de expertos de las universidades de Burgos y Valencia presentó recientemente, en Santiago de Compostela, un trabajo sobre cómo la cerveza, en la dosis justa, puede ser beneficiosa para el organismo.

Así, puede prevenir o ayudar a retrasar la aparición de enfermedades degenerativas, cardiovasculares y cancerígenas, dado su poder antioxidante y sus cualidades contra el envejecimiento. Y, precisamente estos días, se ha hecho público en Estados Unidos otro trabajo en el que se muestran las ventajas de beber una cerveza la día, entre las encuentran la de reducir la incidencia de la diabetes o la hipertensión.

Además, este estudio, que se ha realizado en las universidades de Harvard y Texas, también asegura que la cerveza contribuye a incrementar la densidad de los huesos con lo que decrecen las fracturas. Aunque sobre este hecho, todavía se desconoce el motivo.

Por si fuera poco, la reciente aparición de la cerveza "sin" permite, incluso, su incorporación a una dieta de adelgazamiento, que siempre deberá estar prescrita por un experto. Tomar un vaso de esta bebida puede romper la monotonía del régimen y facilitar su seguimiento.

Sin grasas ni azúcares.

La cerveza es una bebida natural y, pese a lo que siempre se ha creido, con bajo contenido en calorías (aproximadamente 42 kilocalorías por 100 mililitros). No tiene grasas ni azúcares y sí una cantidad importante de hidratos de carbono, vitaminas y proteínas.

A nadie se le puede adjudicar uno de los inventos más refrescantes de la Humanidad. Ningún país puede atribuirse ser la cuna de una de las bebidas veraniegas por excelencia, que tiene amantes y detractores acérrimos por su característico sabor amargo y sus burbujas.

PROPIEDADES DEL CHOCOLATE

El chocolate y otros derivados del cacao constituyen sin duda uno de los alimentos que se toman con mayor placer en nuestra dieta, por su sabor agradable, por la variedad de productos, y por el placer que proporciona su consumo.

Sin embargo, el chocolate y otros derivados del cacao aportan mucho más que bienestar psicológico a nuestra salud, ya que contienen elementos nutritivos altamente beneficiosos para el organismo.

Fuente de energía saludable

El chocolate y los derivados del cacao son ricos en grasas, hidratos de carbono y proteínas, nutrientes que aportan energía al organismo.

Grasas - Proceden de la manteca de cacao, que contiene una gran proporción de ácido esteárico, un ácido graso saturado que, a diferencia de otros ácidos grasos, no aumenta el nivel de colesterol en la sangre.

Hidratos de carbono -El chocolate y otros derivados del cacao constituyen alimentos muy útiles en situaciones que requieren un aporte energético extra, por ejemplo en la práctica de deportes o realización de esfuerzos físicos intensos.

Fuente de minerales y vitaminas

El chocolate y los derivados del cacao son ricos en elementos minerales como el potasio, fósforo y magnesio. Si el chocolate es con leche, o el cacao se disuelve en la leche, el aporte de calcio se incrementa notablemente.
El cacao como materia prima contiene vitaminas como la tiamina (B1) y el ácido fólico, nutrientes indispensables para el organismo, ya que son reguladores del metabolismo.

Otros componentes beneficiosos

El cacao es rico en elementos fitoquímicos, entre los que destacan:
teobromina. Aún siendo de la misma familia que la cafeína tiene un poder estimulante poco significativo.

Polifenoles. Son compuestos que contribuyen a evitar la oxidación del colesterol y han sido relacionados con la prevención de los trastornos cardiovasculares y la estimulacion de las defensas del organismo.

Los chocolates y los solubles de cacao son alimentos que se adaptan preferentemente a los desayunos y las meriendas, y a los casos en que es necesario un aporte energético extra, por ejemplo en la práctica de deporte u otras actividades físicas intensas.

Los expertos en nutrición consideran que el consumo del cacao en sus diversas variedades es recomendable, dentro de una dieta equilibrada y en cantidades moderadas, para todas las edades.

Los solubles de cacao, de los que España es uno de los mayores consumidores del mundo, esconden un potente antioxidante, la quercetina, con posible efecto preventivo de enfermedades cardiovasculares y cáncer, según concluye una investigación del Departamento de Nutrición de la Universidad de Barcelona.

En el campo de la salud y sistema cardiovascular se conoce que los antioxidantes pueden minimizar la oxidación de las LDL y, así, mantener la integridad de los vasos sanguíneos. Las LDL son unas partículas compuestas por proteínas y grasas que actúan como transportadores del colesterol. Para prevenir trastornos cardiovasculares no sólo es importante mantener unos niveles de colesterol LDL normales, sino también prevenir la oxidación de este colesterol unido a las LDL, ha informado Izquierdo.

EL JAMÓN DE BELLOTA REDUCE EL RIESGO DE SUFRIR UN ACV

El consumo de jamón ibérico de bellota puede reducir el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares, ya que disminuye los niveles de fibrinógeno. Este es el principal hallazgo de un estudio realizado por el Servicio de Medicina Interna del Hospital San Sebastián, de Badajoz,
publicado en la revista Nutrition Research (1998, vol. 18; n. 4; pp. 743-750). Según Enrique Macía, del citado hospital y coautor de la investigación, "esta conclusión preliminar será el objetivo de un nuevo trabajo en el que analizaremos la influencia de esta carne sobre el inhibidor del activador del plasminógeno (PAI). Pensamos que si disminuye el fibrinógeno significativamente, el nivel de PAI deberá aumentar".

La idea ha surgido de un estudio cuya conclusión principal es que el consumo de jamón ibérico de bellota produce un efecto beneficioso sobre los lípidos plasmáticos, caracterizado por un descenso del colesterol total, de los triglicéridos y del colesterol-LDL, manteniendo la concentración de colesterol-HDL.

Grupo de estudio José García Rebollo, director médico del hospital pacense y miembro del grupo investigador, ha explicado que "nuestro trabajo partió de la observación de que en Extremadura la mortalidad por patología cardiovascular se sitúa en un nivel intermedio respecto a España, a pesar del elevado consumo de carne de cerdo". Para intentar conocer la influencia de una dieta rica en este producto, García Rebollo, Macía, Avelino Ruiz y Pedro Morales estudiaron el efecto de dos dietas grasas en una población de ancianos residentes en una institución. "Tras descartar a los que no estaban completamente sanos, fueron incluidas en el estudio 19 mujeres con una media de 66 años de edad y cuya cifra de colesterol no excedía de los 250 mg/dl".

Para la investigación los internistas administraron dos tipos de dieta, cada una durante un
periodo de seis semanas. En la primera el aporte graso era del 50 por ciento de jamón ibérico de bellota (120 gr diarios) y el resto de aceite de oliva; en la segunda dieta toda la grasa procedía del aceite de oliva. Después de un detallado estudio clínico, los resultados revelaron que con la del jamón había un descenso de los triglicéridos y de las LDL, así como el mantenimiento o un ligero incremento de las HDL. Los internistas han explicado que la carne de cerdo ibérico de bellota tiene un alto contenido de ácido oleico, procedente tanto del alimento del animal como de sus características genéticas; en concreto lleva un 30 por ciento de grasa saturada, un 5 por ciento de poliinsaturada y un 63 por ciento de monoinsaturada. "Estas propiedades no son trasladables a la grasa del cerdo blanco, que es saturada, ya que se trata de animales diferentes".

Vida campestre.

Los científicos van más allá de estos hallazgos y piensan que el estilo de vida que llevan, que incluye mucho ejercicio por el campo, también puede ejercer efectos muy positivos sobre el animal. Según Macía, "el ejercicio y la alimentación pueden incrementar la concentración de antioxidantes de estos cerdos. Esta hipótesis la comprobaremos en un nuevo trabajo, ya iniciado, en el que estamos estudiando a un grupo de cerdos de la misma camada, unos criados en libertad y otros en granjas. Creemos que los primeros tendrán mayor cantidad de antioxidantes y de ciertas vitaminas, como la E, por esa forma de vida campestre tan beneficiosa. No hay que olvidar que la bellota, de la que se nutren, incluye un 60 por ciento de ácido oleico".

Por todo ello, los expertos del Hospital de Badajoz aconsejan que, debido a su composición de ácidos grasos, el jamón ibérico de bellota podría recomendarse como alimento no perjudicial
dentro de la llamada dieta mediterránea y podría sustituir como fuente de proteínas a otras carnes rojas convencionales menos equilibradas, por ese efecto beneficioso sobre los lípidos plasmáticos y por su poder antioxidante que frena los fenómenos aterogénicos causantes de los problemas cerebrovascules.

Angeles Gómez. Badajoz

OXIDACIÓN

La vitamina E, la más eficaz para combatir el efecto nocivo del esfuerzo.

Continúa el debate acerca de la eficacia de los compuestos antioxidantes para mejorar el rendimiento físico. Un estudio publicado en el último número de la revista "The Physician and Sports Medicine" revisa todas las investigaciones realizadas hasta la fecha para concluir que la vitamina E parece ser la más eficaz.

El trabajo, dirigido por la doctora Alexandra Adams, reclama la realización de más ensayos controlados en deportistas utilizando vitaminas como la E, la C, selenio y betacarotenos antes de que los médicos puedan recomendar antioxidantes de forma rutinaria para prevenir el daño muscular asociado al ejercicio, fenómeno que se asocia a un exceso de radicales libres.

Los estudios más recientes indican que la vitamina E está más vinculada que la C al normal funcionamiento celular durante la actividad física.

Los estudios llevados a cabo en animales con déficit en vitamina E han mostrado hasta un 40% de disminución en su capacidad de resistencia.

Antes del ejercicio

Los expertos recomiendan que, para ser efectivo, este nutriente debe ser administrado al menos dos semanas antes de un programa de ejercicio físico y que, para prevenir de forma eficaz el daño generado por los radicales libres, se deben dar cantidades cinco veces mayores que la dosis diaria recomendada.

Las teorías más recientes sugieren que la formación de radicales libres es uno de los principales factores que contribuyen al desgaste que el ejercicio físico puede producir por oxidación en el tejido muscular. En esto se basaría la eficacia de los suplementos con antioxidantes en el aumento del rendimiento físico.

Hace dos décadas comenzó a descubrirse que el esfuerzo físico genera un desequilibrio entre la producción de radicales libres y los sistemas de defensa del organismo.

Lo que sí parece demostrado es que, de confirmarse la eficacia de los antioxidantes en el ejercicio físico, su mayor utilidad estaría en la actividad de tipo aeróbico, es decir, de larga duración e intensidad muy reducida.

Inflamación

En realidad, aún no se sabe bien si el aumento de radicales libres es una consecuencia no deseada del ejercicio físico que genera inflamación o si es el organismo el que regula la producción de oxidantes para controlar el fenómeno inflamatorio y la reparación del tejido muscular.

Durante el ejercicio, aumenta la generación de radicales libres debido a que el consumo de oxígeno llega a aumentar hasta 20 veces en comparación con el reposo. El incremento de leucocitos que se origina en la reacción inflamatoria (incluidas las que se producen como consecuencia del ejercicio de alta intensidad) parece ser una potente fuente de radicales libres.
El trabajo de Adams concluye que la vitamina C presenta una evidencia científica aún limitada sobre su eficacia en el ejercicio. Sí se ha demostrado que 500 mg de ácido ascórbico representan un tratamiento eficaz para las lesiones musculares. Paradójicamente, cuando las dosis de vitamina C son excesivas el efecto puede ser el opuesto, es decir, prooxidante

Una dieta reparadora

En muchos casos, una dieta completa y equilibrada puede aportar cantidades suficientes de antioxidantes para que el organismo se reponga de forma adecuada después del esfuerzo físico.

Este efecto reparador puede conseguirse si en la alimentación diaria se contempla el consumo de raciones elevadas de fruta o verdura. En concreto, estos nutrientes se pueden obtener a través de la ingesta de limones, fresas y tomates, alimentos que constituyen la principal fuente de vitamina C.

Los betacarotenos (que son en realidad un grupo de más de 600 compuestos) se encuentran también de forma natural en frutas y verduras. Los betacarotenos son precursores de la vitamina A. Los estudios más recientes apuntan a que estos compuestos, además de propiedades antioxidantes, presentan igualmente una acción de potenciación del sistema inmunológico.

En los últimos años también está ganando aceptación como compuesto antioxidante el selenio, que se encuentra unido a proteínas para formar parte de enzimas que eliminan los radicales libres.

DECÁLOGO DE LA BUENA ALIMENTACIÓN  DEL ATLETA:
El desayuno es la comida más importante del día. Debe ser adecuado y abundante.

No comer entre horas. No es necesario y se suelen tomar cosas sin valor nutricional.

Hay que beber mucha agua, aunque no se tenga sed, antes, durante y después del entrenamiento.

El deportista gasta mucha energía y debe comer lo suficiente para reponerla. Pero cuando no entrenas o estás lesionado, debes rebajar la ingestión calórica.

La base de la buena nutrición es entre el 50 - 60% de las calorías diarias en forma de hidratos de carbono (azúcares complejos), un 15% proteínas y el resto grasa.

No tomar salsas con mucha grasa, ni demasiados alimentos fritos. Los productos lácteos, mejor desnatados.

Los suplementos vitamínicos y minerales no son necesarios, si se comió lo necesario en cantidad y con la calidad nutricional adecuada.

Dejar siempre suficiente tiempo para la digestión, antes de entrenar, sobre todo tras comidas abundantes y cuando se va a hacer ejercicio de cierta intensidad.

Salir siempre bien hidratados a las competiciones pero con el estómago vacío. La fruta (salvo los plátanos) al ser cruda, tarda bastante en digerirse.

No hay alimentos "mágicos". Come de todo, pero con la moderación adecuada a tu condición de deportista. En la variedad está la salud.

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