Sebastián Galán junto a alumnos y monitores de la Escuela Municipal de Atletismo |
Un
carácter tenaz y testarudo ha llevado a Sebastián Galán (Coria del
Río, 9-1-1965) a ser muchas cosas a la vez. Ha practicado múltiples
disciplinas deportivas y, una vez inclinado por el atletismo, ha
tocado todos los palos, lo que le ha llevado a convertirse en un
atleta total. Fondo, velocidad, saltos, lanzamientos… Su palmarés
es denso y notable. Su penúltimo éxito ha sido el subcampeonato de
Andalucía de lanzamiento de disco, conseguido hace algo más de un
mes. El último, mejor marca personal en la misma disciplina con
33,15 metros bajo la lluvia (tenía 32,30). Pero, además de atleta,
Sebastián, funcionario de la Agencia Tributaria, es también otras
cosas. Su perfil autocrítico, su afán por aprender y su
preocupación por hacer que este deporte sea mejor y más justo le
han conducido a moverse en el otro lado del atletismo: es entrenador,
juez, organizador de carreras, director de la Escuela Municipal,
buscador de patrocinadores... Un trabajador incansable en un mundo
que le apasiona. Ello le otorga una visión privilegiada y su
autorizada opinión siempre habrá de ser tenida en cuenta.
La
situación laboral de su padre le llevó a emigrar al norte de
Francia, a un pequeñísimo pueblo que entonces contaba con 127
habitantes llamado Clefmont (región de Champaña-Ardenas,
departamento de Alto Marne). Allí vivió hasta los diez años. Fue
una época que marcó su vida como deportista. Hoy, a los 47 años,
padre de dos hijos fruto de su matrimonio con Mari Carmen Sales,
repasa su vida y habla del ahora y del futuro del atletismo de
nuestro pueblo.
-¿Cómo fueron tus
inicios en el deporte y en el atletismo?
-Hay que mirar muy, muy atrás. La primera competición que recuerdo la hice con 8 años. Fue un cross en Francia. Allí hacía todo tipo de deportes. Incluso jugué al rugby. También al balonmano, deporte en el que de niño era muy bueno, ya que jugaba en categorías superiores a la mía. Y por supuesto, el atletismo, que tenía entonces mucha importancia allí. El pueblo en el que yo vivía tenía 127 habitantes, sólo había 20 ó 25 niños que íbamos todos al mismo colegio y a la misma clase. Y en ese lugar, yo podía hacer todos los deportes del mundo: había un campo de rugby tan impresionante que no me explicaba cómo ese pueblo podía tener aquellas instalaciones. Había una pista de césped en la que podía jugar a todo. También jugué al fútbol. Era un lugar frío. Incluso practiqué deportes de nieve. En invierno nos hacíamos nuestros esquís, trineos y salíamos a la nieve.
-Hay que mirar muy, muy atrás. La primera competición que recuerdo la hice con 8 años. Fue un cross en Francia. Allí hacía todo tipo de deportes. Incluso jugué al rugby. También al balonmano, deporte en el que de niño era muy bueno, ya que jugaba en categorías superiores a la mía. Y por supuesto, el atletismo, que tenía entonces mucha importancia allí. El pueblo en el que yo vivía tenía 127 habitantes, sólo había 20 ó 25 niños que íbamos todos al mismo colegio y a la misma clase. Y en ese lugar, yo podía hacer todos los deportes del mundo: había un campo de rugby tan impresionante que no me explicaba cómo ese pueblo podía tener aquellas instalaciones. Había una pista de césped en la que podía jugar a todo. También jugué al fútbol. Era un lugar frío. Incluso practiqué deportes de nieve. En invierno nos hacíamos nuestros esquís, trineos y salíamos a la nieve.
-¿Esa afición al
deporte viene entonces de allí?
-Sí. La pasión por el
deporte la traigo de allí, porque allí hice de todo. Tuve esa
facilidad.
-Con 10 años vuelves
a Coria. ¿Qué te encuentras?
-Pues me encuentro con
gente que conozco que han formado un grupito y que entrenan con
Rogelio. Estaba recién inaugurado el pabellón cubierto, era el año
75, y empezamos a entrenar allí. En aquella época yo era bastante
bueno. Recuerdo que gané un campeonato de Andalucía infantil. Pero,
por desgracia, Rogelio no podía, o no era capaz, de llevarnos a
competiciones oficiales. Algunos nos federamos, competíamos, pero de
aquella época de jovencito no recuerdo marcas.
-O sea, que llegas a
Coria y, aparte del bagaje francés del rugby, el fútbol, el
balonmano, la nieve… también corrías…
-Corría. Y corría
bastante. En esas categorías siempre peleaba con los primeros.
Incluso ganaba algunas veces. Pero hubo un momento de parón entre
los 12-13 años y los 18.
-Una edad clave.
-Totalmente clave. Iba al
instituto por la tarde y trabajaba por la mañana. Corría de vez en
cuando pero sin plan. A los 18 años volví a empezar en serio. En
esa época, Rogelio tenía a gente metida en la pista, pero no la
entrenaba. Yo nunca entrené un 400, ni un 800… Pero conseguí
marcas bastante buenas. En aquellos años recuerdo un 400 en 52,03.
Ahora hay mucha gente que lo hace, pero aquello para mí era un
marcón. Ojalá lo viera ahora mismo. Y en 800 me quedé en 2.00,00.
Fue una espinita que se me quedó ahí. No fui capaz de bajar de los
dos minutos y ya...
“En el
único maratón que he corrido, en el kilómetro 37 ya no veía nada,
estaba todo oscuro, me tiré en una camilla y allí me dejaron hasta
que fui recobrando la consciencia. Pero llegué a la meta”
-¿La distancia larga
no te llamó nunca?
-Dos meses antes de irme
a la mili me metí el maratón de Sevilla. El Mixto mayor, Ostos
mayor, Manuel Ufano… la gente veterana del club, me convencieron
para prepararla. Yo entonces tenía un medio maratón en 1.13, que es
bastante rápido. Entonces me metí en el maratón y, ufff, cada vez
que me acuerdo… No he entrenado más en mi vida. Pero mi problema
en aquella carrera fue la inexperiencia. El medio maratón lo pasamos
en 1.18… Yo, cuando estábamos corriendo, pensaba que iba cómodo.
Pero llegó el kilómetro 37 y… muerto, muerto, muerto.
Prácticamente podía haber dado por terminada la carrera. No veía
nada, estaba todo oscuro, me tiré en una camilla y me dejaron allí
un buen rato hasta que fui recobrando un poco la consciencia.
Entonces fui viendo mi situación y me ubiqué. Me dije: “Estoy en
el maratón. Es la primera vez. Tengo que terminar como sea”. Y
acabé. Hice cuatro o cinco kilómetros andando y cuando vi la meta
del Parque de María Luisa a lo lejos arranqué a correr, para que me
vieran llegar corriendo. La marca fue 3.05,12. Es el único maratón
que tengo. Tengo la foto como recuerdo, pero no, no...
-¿No lo has vuelto a
intentar?
-Te puedo asegurar que no
me atrae. Se acabó.
-Has hablado de la
mili. El servicio militar, salvo excepciones, solía cortar
progresiones en los estudios, en el deporte y en la vida. ¿Cómo fue
tu mili?
-Por desgracia, llegó la
mili. En Burgos. Pero allí compito y quedo campeón regional de
cross corto y sexto en el largo. ¡El regimiento me montó un
homenaje…! ¡No veas! Me clasifico para los campeonatos de España
militares. Compito allí, donde coincidí con gente de élite en mi
equipo, como Teófilo Benito, ya fallecido. Entonces uno me preguntó
que cómo se me daba el baloncesto. Yo, aparte de las pachanguitas en
los entrenamientos con Rogelio, no había jugado nunca. Tenía buena
muñeca (buen tiro) y entré en el equipo que tenían en el cuartel.
-Y entonces, cuando
acabas la mili, te presentas en el Club Baloncesto Coria…
-Sí. Me presenté en el
Coria pidiendo jugar. No sabía ni botar. La muñeca me salvaba.
Carlos Pavón fue en ese momento el que me ayudó sin tener por qué
hacerlo. Se venía una hora antes y entrenaba conmigo para que
aprendiera a botar con las dos manos y cogiese algo de técnica. Me
machaqué bastante.
-Claro, todo eso es
coordinación y eso se coge en la niñez…
-Volví de la mili con 21
años y con esa edad tuve que aprender a jugar a baloncesto. Y algo
aprendí. Incluso jugué el año que vinieron Raúl Pérez, Juan, uno
de Gines con más de dos metros… Entré en el equipo y estuve
jugando hasta los treinta y pico. Mi último equipo fue el Lepe, por
motivos de trabajo, ya que vivía en Ayamonte.
-¿Qué haces después
del baloncesto?
-Desde esa edad hasta los
42 no hice nada serio en deporte. Julián Fuentes, con quien tenía
una gran relación, me insistió para que volviese a correr. Recuerdo
que al principio entre él y Joaquín Castro me dieron una paliza de
17 kilómetros corriendo por el Gurugú que se me quitaron las ganas
de seguir. Me acordé de todo el santoral de ambos. Pero seguí.
Empecé con el fondo, que en ese momento me atraía, y ya en 2007
hice el medio maratón de Chipiona que me preparó nuestro
presidente, Francisco Herrera. Quería hacerlo en 1.25 y lo clavé.
Con 90 kilos y sin cualidades, rodé a 4 minutos. En ese momento,
casualidades de la vida, viene el Mixto y me habla de que hay un
campeonato de Andalucía. Y nos plantamos los dos allí. Competimos
en el 3.000 obstáculos, que por cierto hay imágenes por ahí que
dan risa. Estaba lesionado de los isquios y tuve que pasar los
obstáculos como pude. También hice un 800. Ahí descubrí que lo
que me gustaba era la pista.
-Por morfología, no
eres un fondista. Ni siquiera velocista. El perfil es más de
lanzador, ¿no?
-Sí, sí. De lo que hago
ahora. He hecho algún 1.500, algún 800… Pero no me llenaba. Y
entre que empecé a aprender cosas y que me gustaba el tema técnico,
probé en los lanzamientos. ¿Por qué no? Estaba fuerte y probé. Me
vino bien porque empecé a entrenar en la Cartuja, que me cogía
cerca del trabajo. Allí hay un grupo de atletas veteranos a los que
les gusta mucho el lanzamiento. Me invitaron a probar, empecé, iba
bien, me entró el morbillo y empecé a competir. Las primeras
competiciones me salieron bien y seguí. Luego vino el curso de
monitores y este último que he hecho, donde he aprendido muchísimo.
Aproveché la ocasión y aprendí yo mismo a practicar algo que
posteriormente tendría que enseñar.
Junto a otros lanzadores, en plena competición |
-Tú mides lo que
mides y tienes la fuerza que tienes, pero te pones junto a, por
ejemplo, Mario Pestano y te sacará tres cuartas a lo alto y a lo
ancho… ¿Qué cualidades debe tener un buen lanzador? ¿Qué es más
importante: la coordinación, la fuerza explosiva, la velocidad de
ejecución, la envergadura…?
-Uno de los motivos por
los que lanza casi el doble que yo es, precisamente, ese. Aquí
influye mucho la envergadura. Cuando el lanzador abre los dos brazos
es un armario y cuando gira la cadera, eso genera una fuerza
impresionante. Luego hay que tener mucha facilidad para aprender la
técnica. No he visto otras disciplinas en las que tenga tanto que
ver el tema técnico. Te puedes llevar horas y horas… Llevo dos
años lanzando disco y ha habido momentos en los que he estado
tentado de dejarlo. Yo no veía manera de aplicar la técnica a mis
lanzamientos. Pero soy cabezón y no lo dejé. Porque, además, el de
disco es el lanzamiento que más me gusta. Lanzaba la jabalina, pero
no me llenaba. Sin embargo, un vídeo de Mario Pestano puedo verlo
catorce veces. Me encanta la dinámica de ese movimiento. Por
supuesto, hay que tener fuerza, pero uno de los factores
fundamentales es la velocidad de ejecución y para ejecutar un
movimiento rápidamente has de tener buena técnica. Ese era mi
principal problema al principio, la velocidad. Todo el que me veía
me lo decía: “Te falta velocidad al final”.
“El
lanzador tiene que tener velocidad. He visto a lanzadores con más de
cien kilos competir con velocistas en distancias cortas, de veinte o
treinta metros, y ganarles”
-El lanzador es una
especie rara dentro del atletismo, ¿no? Es como el portero de un
equipo de fútbol: un poco solitario, un poco marginal, los focos
apuntan a otro lado…
-Sí. Pero he visto cosas
impresionantes en lanzadores. Por ejemplo, competir con velocistas en
distancias de veinte o treinta metros y ganarles. Y no de poco. Tíos
de mucho peso, pero que en esa distancia corta se mueven rapidísimos.
Conozco a uno que, con 120 kilos, compitió en lanzamiento en pista
cubierta y dijo: “Pues ya que estoy aquí voy a competir en 60
metros”. Lo veías en la línea de salida y te decías: “¿Dónde
va ese?”. Pues ganó.
-Entonces, ya tenemos
claro que lo tuyo es el lanzamiento…
-Sí, pero lo que más me
gusta de los lanzamientos es que se incluyen dentro de las pruebas
combinadas, que en veteranos es un pentatlón, que eso sí es lo que
más me gusta. Dentro de pentatlón hay dos pruebas de lanzamientos,
el disco y la jabalina, donde suelo puntuar bastante. Luego hay un
salto de longitud y un 200, en los que me defiendo. Y también hay un
1.500, que es lo que me va peor. El año pasado fui campeón de
Andalucía en todas las categorías de veteranos en pentatlón, ya
que les gané a los de 35 años y a los de 40.
-Al atleta de élite
le pedimos medallas y marcas en los grandes campeonatos, pero el
resto del año prácticamente está pendiente de una marca que le
facilite una beca y que le lleve a ese campeonato, mendigando
patrocinadores que no suelen llegar y entrenando en condiciones
impropias. Esto lo acusa más el lanzador, que necesita unas
condiciones de entrenamiento especiales. No es calzarse y ponerse a
correr. Mario Pestano llegó a decir que tenía que comprarse él el
material de su bolsillo, como un popular más. ¿En qué situación
estamos en ese aspecto?
-Con Mario Pestano he
hablado varias veces. Ha estado un par de años en Sevilla y se ha
vuelto al CAR de Barcelona, donde está concentrado para los Juegos
Olímpicos. Es uno de los mejores del mundo y, para entrenar el
disco, le tenían que dejar una zona sólo para él, ya que en la
Cartuja no hay jaula, con todo el peligro que eso conlleva para los
demás atletas. Y eso, el único que lo tenía permitido era él.
Además, la zona que hay en la Cartuja para los lanzadores es
horrorosa, llena de piedras, donde un disco, que cuesta 150 euros, se
puede romper con facilidad. Esa es la situación.
-Se produce una
paradoja: cada vez hay más gente aficionada a correr, pero el
seguimiento del atletismo de élite es también cada vez menor. ¿Qué
ha pasado? ¿Estamos huérfanos de grandes duelos como el de
Johnson-Lewis, de grandes retos como los saltos de Bubka…? ¿Han
hecho daño, como en el ciclismo, los casos de dopaje?
-Entiendo que este
problema lo tenemos aquí en España, no fuera. El problema es de
promoción y de medios. Te vas a otros países y no tiene nada que
ver con lo que hacemos aquí. Acabamos de tener una reunión en la
Delegación Sevillana de Atletismo para preguntarnos por qué no
salen atletas últimamente, sobre todo de aquí de Sevilla. Y menos
mal que tenemos tres o cuatro de buen nivel. También hemos tratado
el tema de la promoción del atletismo. Se sacaron algunas
conclusiones, entre ellas, la reticencia de la mayoría de los
ayuntamientos a destinar dinero al atletismo, que eso está muy
claro. Por ejemplo, aquí en Coria, si no es por la buena voluntad de
los cuatro monitores que estamos ahí, la Escuela de Atletismo no
está, ni hubiera estado el año pasado ni el anterior. Mira, tenemos
a Isabel Grau, que con 14 años está compitiendo a un nivel altísimo
en el campeonato de Andalucía absoluto, que ha competido en todos
los campeonatos de Andalucía, que ha ido ya a un Nacional cadete,
siendo de las tres mejores del ranking en 60 metros. Y, no es falsa
modestia, ella ha tenido la suerte de haber coincidido con nosotros,
con Mari Carmen Pichardo, con Mari Carmen Sales, con José Antonio
Velasco y conmigo, que estamos aquí perdiendo dinero, pero que
seguimos haciéndolo porque nos gusta. Yo estoy aquí, evidentemente,
porque saco algo. ¿Qué saco? Un disfrute personal para reventar. Te
lo juro. No he disfrutado más en mi vida. Pero con los chavales,
¿eh? Mis competiciones personales están ya en un segundo plano.
-¿Qué evolución ha
tenido la Escuela y en qué momento se encuentra ahora?
-El cambio que
experimenta la EMA llega hace un par de años. El cabezón de nuestro
presidente –que esa es otra, si no fuera por él, ni escuela, ni
carreras, ni nada, ni siquiera estaría yo, porque él es el faro que
marca el camino– puso un empeño grande en el tema de la escuela. Y
dio conmigo. Estuvimos los dos empeñados en hacerlo. Lo intentamos
con otras personas, pero el nivel de compromiso no llegaba a lo que
queríamos. O no podían por el tiempo que había que dedicarle o por
la propia exigencia que nos habíamos puesto. Esos argumentos se
entienden y se entendieron perfectamente, porque es verdad que lo que
queríamos era bastante complicado por la exigencia que requería.
¿Por qué? Porque si tú te empeñas en criar una cantera de atletas
pequeños hasta infantil, cuando llegas con ellos a cadete, ¿qué
haces?, ¿les das largas?, ¿paramos ahí?
-Claro, lo ideal es
que haya una continuidad…
-Eso lo hablamos mucho al
principio. Dijimos: “Tenemos muchos atletas hasta aquí, pero a
partir de ahí, desaparecen, se dedican a otras cosas”. Y me lo
tomé al pie de la letra. No hay nadie más pesado que yo. Incluso
nos estamos metiendo en temas de estudios, porque hay padres que
recurren como castigo por las malas notas a lo que más le gusta al
niño: en este caso, el atletismo. Ese castigo supone dejar el
atletismo. No entiendo por qué hay que recurrir a ese castigo. Creo
que esto reporta algo bueno. El atletismo no puede ser malo. Un padre
debería ver que el atletismo está dentro de las cosas que le van a
venir bien a su hijo en el futuro, porque da capacidad de trabajo,
voluntad de mejorar, de venir todos los días y currárselo. En los
entrenamientos se sufre, ¿eh? Aquí no se viene a echar un rato.
-Eres deportista,
atleta multidisciplinar, directivo del club, director de la EMA, juez
de atletismo… ¿Tienes una visión privilegiada de este mundo?
¿Cómo se ve todo desde ahí?
-Estoy aprendiendo mucho
de temas que yo creía que no importaban. Por ejemplo, en el tema de
los jueces me estoy encontrando con muchas sorpresas. Hay gente que
se lo toma como un trabajo más y no es así. Los jueces son tan
fundamentales… He visto casos de gente que con un poquito de tacto
hubiera seguido en el atletismo y por culpa de una pequeña tontería,
un centímetro, una décima, se han desilusionado y han abandonado.
-Crees entonces que un
juez debería ser riguroso en campeonatos absolutos, pero debería
tener un poco de mano izquierda en categorías inferiores. ¿No?
-Eso es. Pasando un poco
la mano no se le hace daño a nadie. Al contrario, estás permitiendo
que un chaval con posibilidades que no haya tenido un buen día vaya
a un determinado campeonato donde sí puede tener ese buen día.
Estás motivándolo. Sin embargo, hay casos en los que jueces
inflexibles han cortado una progresión. Conozco a uno, que en cadete
había batido el récord de España, que lo dejó por eso. Los jueces
tienen que haber hecho atletismo antes. He visto descalificaciones
que son para matar al juez, porque antes él ha matado al atleta. No
se puede castigar a un niño de esa manera. Y si miramos a los
entrenadores: la inmensa mayoría son egoístas, no quieren compartir
lo que conocen, hay tiras y aflojas a ver si me quedo con tal o cual
atleta. Eso no lo sabía yo hasta que he entrado. Sí hay un grupito
de entrenadores, a los que conozco, que son maravillosos. He
coincidido con ellos en el último curso y te van a dar lo que haga
falta y van a compartir contigo lo que puedan. Pero el comportamiento
de la vieja guardia no me parece el más correcto.
“Este año no ha habido carrera popular en Coria, fundamentalmente, por falta de interés por parte de los miembros de nuestro propio club”
“Este año no ha habido carrera popular en Coria, fundamentalmente, por falta de interés por parte de los miembros de nuestro propio club”
-También eres
organizador de carreras…
-Sí… Por desgracia,
sí.
-¿Qué ha pasado para
que este año no haya carrera popular en Coria?
-Pues creo que, sobre
todo, falta de interés dentro de nuestro propio club. Parecía que
sólo la organizábamos Francisco Herrera y yo. Los demás venían el
día de la carrera y ya está. Sí, había algunos atletas del club
corriendo, algunos otros colaborando y otros que aprovechaban para
irse a distintos sitios, como por ejemplo a Jerez para ver las motos.
Este año la primera fecha que propusimos también coincidía… A mí
las motos me encantan. Y cada vez que puedo las veo. Y si me tengo
que levantar de madrugada, también las veo. Pero cuando tengo que
hacer esto lo hago. Mi interés era hacer una carrera para que la
disfrutáramos la gente del club. El primer año, bien, pero el
segundo año hubo quejas, pegas, críticas y falta de interés. Todo
eso se une a que este año no hay dinero. Porque si hay dinero, se
organiza. Quizás a otro nivel, pero se organiza. El club, incluso,
ha tenido que hacer frente a una serie de pagos que correspondían a
algunos patrocinadores que no han cumplido con su compromiso. Supuso
tanto tiempo y tanto esfuerzo intentar conseguir ese compromiso y que
luego no lo cumplan… Entonces decidimos hacer algo, pero sólo para
los niños. Tenemos un par de patrocinadores que pagan los trofeos,
tenemos las bebidas… Lo esencial para intentar que por lo menos los
niños no se queden sin su carrera.
M.Carmen Sales y Sebastián Galán |
-¿Cómo se conjuga
todo esto con la otra vida, con la laboral y, sobre todo, la
familiar?
-Pues, ahora mismo, no sé
si hay otra vida ya. Tengo mi trabajo, que lo llevo por delante. Pero
la inmensa mayoría de mi tiempo se lo dedico a esto. La suerte que
tengo es que mi mujer es una campeona en todos los sentidos y le
gusta esto también. Le gusta lo que yo hago. No le importa irse a
entrenar con los niños a deshoras o un día que no toca
entrenamiento. Nosotros tenemos contratado lunes, martes y jueves una
hora y media. Pero solemos estar cuatro o cinco horas cada día. Y
todos los fines de semana hay competiciones, con sus consiguientes
desplazamientos en nuestros coches, porque hay padres que no pueden
ir, o no se preocupan… Que ese es otro tema: no sé hasta qué
punto nos estamos pasando, porque estamos haciendo casi de padres.
Nos preocupamos de que el niño pueda competir porque quiere, pero
sin embargo el padre dice que no puede y que, si no va, pues que no
vaya.
-Estáis tomando una
responsabilidad que corresponde los padres, vaya…
-Algunos no le dan
importancia. Y ahí está también Mari Carmen Pichardo, cuyo trabajo
con los más pequeños me parece impresionante. Ella y José Antonio
Velasco. Lo que veo bueno de lo que estamos haciendo es la motivación
que procuramos darle al niño. Y para eso no debemos fallar. Tenemos
que estar todos los días ahí. Luego está el tema técnico y
enseñarles lo básico, yo mismo lo estoy aprendiendo con ellos.
Acabo de sacarme el título de entrenador de club, que mi trabajo y
mi dinero me ha costado, y lo que sé intento que ellos lo hagan.
Otra cosa quizás no, porque aquí todos sabemos mucho y no sabemos
nada, pero creo que lo que sí soy es un buen motivador. Esto me
llena y estoy orgullosísimo de hacer lo que hago. El funcionamiento
de la escuela me gusta mucho, hasta que hablamos del tema
económico...
-¿Insinúas que a la
EMA puede sobrarle la eme?
-Bueno, no exactamente.
No conozco en profundidad la política ni cuál es el proceso en la
toma de decisiones en ese mundo. No he conocido a anteriores
concejales de Deportes y no sé si el actual, Emilio Osuna, tendrá
más capacidad de la que está dando o él también se encuentra con
trabas. Pero que yo lo llame por teléfono y me conteste y que el
problema que le proponga lo intente solucionar, me parece muy
correcto y de agradecer. Lo he llamado para hablar de carreras, de la
escuela y de otras cosas… Y siempre ha intentado solucionar los
problemas, unas veces con más éxito y otras con menos, pero él ha
puesto de su parte y nos ha respondido. Su papel me parece
fundamental para que la escuela esté funcionando aun sabiendo,
porque lo vemos, que las instalaciones no son las mejores, que
tenemos que convivir con los balonazos de la Escuela de Fútbol y que
existen multitud de problemas.
-Has hablado de
motivación. Hace poco estuviste con Isabel Grau en el campeonato de
España en Oviedo. Ahí, tras su salida nula y su descalificación en
la final, sí que habría una tarea de motivación. Ese viaje de
vuelta…
-No lloré no sé por
qué. La veía venir por la recta llorando desconsolada y el
sufrimiento que yo sentía entonces… Y ocho horas de viaje hasta
Coria hablando y hablando. Pero bueno, todo se olvida y se ha vuelto
a venir arriba.
-¿Qué echas de menos
en el club?
-No me parece mal. Somos
más de cien, pero no podemos hacer mucho más de lo que hacemos. Por
ejemplo, no podemos mantener una escuela nosotros solos. Quizá sí
echo en falta más implicación de la gente. Pero entiendo también
que no podemos hacer más. Tenemos la suerte de que está ahí el
señor Francisco Herrera, que siempre se inventa algo para que esto
siga yendo hacia delante. A él le estará costando la misma vida
hacer lo que hace, aunque tiene la suerte de que su mujer le está
aguantando. Y yo, pues tengo un poco más de suerte, porque a mi
mujer le gusta el atletismo y su trabajo en la Escuela es básico
para el futuro de los niños.
PALMARÉS.-
CAMPEONATOS DE ESPAÑA AL AIRE LIBRE
Jesús M. Martínez Sosa
CAMPEONATOS DE ESPAÑA AL AIRE LIBRE
Subcampeón
de España Veterano M-45 en lanzamiento de jabalina (Águilas, 2011)
4º
en Campeonato de España Veterano M-45 en lanzamiento de disco
(Águilas 2011)
5º
en Campeonato de España Veterano M-45 en lanzamiento de jabalina
(Arona, 2010)
6º
en Campeonato de España Veterano M-45 en lanzamiento de peso (Arona
2010)
5º
en Campeonato de España Veterano M-40 en lanzamiento de jabalina
(Vitoria, 2009)
CAMPEONATOS
DE ESPAÑA EN PISTA CUBIERTA
4º
en Campeonato de España Veterano M-45 en triple salto (Antequera,
2011)
CAMPEONATOS
DE ANDALUCIA AL AIRE LIBRE
Subcampeón
de Andalucía absoluto de lanzamientos de invierno 2012 en disco
(Baza 2012)
Campeón
de Andalucía Veterano M-45 en pentathlon (Ayamonte, 2011)
3º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de peso
(Jaén, 2010)
4º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de jabalina
(Jaén, 2010)
4º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de disco
(Jaén, 2010)
2º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en relevo 4x100 (Algeciras,
2009)
3º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en lanzamiento de peso
(Algeciras, 2009)
4º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en 3.000 m obstáculos
(Herrera, 2008)
CAMPEONATOS
DE ANDALUCIA EN PISTA CUBIERTA
3º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en triple salto (Sevilla,
2011)
4º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de peso
(Sevilla, 2011)
3º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en triple salto (Sevilla,
2010)
4º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de peso
(Sevilla, 2010)
3º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en lanzamiento de peso
(Sevilla, 2009)
5º
en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en 400 mls (Sevilla, 2009)
Joder, vaya palmares!!!
ResponderEliminarMagnífico trabajo una vez más, Jesús.
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