lunes, 7 de mayo de 2012

Sebastián Galán: “El atletismo da capacidad de trabajo y voluntad de mejorar y de sufrir. No entiendo cómo hay padres que castigan a sus hijos sin atletismo"

Sebastián Galán junto a alumnos y monitores de la Escuela Municipal de Atletismo

Un carácter tenaz y testarudo ha llevado a Sebastián Galán (Coria del Río, 9-1-1965) a ser muchas cosas a la vez. Ha practicado múltiples disciplinas deportivas y, una vez inclinado por el atletismo, ha tocado todos los palos, lo que le ha llevado a convertirse en un atleta total. Fondo, velocidad, saltos, lanzamientos… Su palmarés es denso y notable. Su penúltimo éxito ha sido el subcampeonato de Andalucía de lanzamiento de disco, conseguido hace algo más de un mes. El último, mejor marca personal en la misma disciplina con 33,15 metros bajo la lluvia (tenía 32,30). Pero, además de atleta, Sebastián, funcionario de la Agencia Tributaria, es también otras cosas. Su perfil autocrítico, su afán por aprender y su preocupación por hacer que este deporte sea mejor y más justo le han conducido a moverse en el otro lado del atletismo: es entrenador, juez, organizador de carreras, director de la Escuela Municipal, buscador de patrocinadores... Un trabajador incansable en un mundo que le apasiona. Ello le otorga una visión privilegiada y su autorizada opinión siempre habrá de ser tenida en cuenta.

La situación laboral de su padre le llevó a emigrar al norte de Francia, a un pequeñísimo pueblo que entonces contaba con 127 habitantes llamado Clefmont (región de Champaña-Ardenas, departamento de Alto Marne). Allí vivió hasta los diez años. Fue una época que marcó su vida como deportista. Hoy, a los 47 años, padre de dos hijos fruto de su matrimonio con Mari Carmen Sales, repasa su vida y habla del ahora y del futuro del atletismo de nuestro pueblo.


-¿Cómo fueron tus inicios en el deporte y en el atletismo?
-Hay que mirar muy, muy atrás. La primera competición que recuerdo la hice con 8 años. Fue un cross en Francia. Allí hacía todo tipo de deportes. Incluso jugué al rugby. También al balonmano, deporte en el que de niño era muy bueno, ya que jugaba en categorías superiores a la mía. Y por supuesto, el atletismo, que tenía entonces mucha importancia allí. El pueblo en el que yo vivía tenía 127 habitantes, sólo había 20 ó 25 niños que íbamos todos al mismo colegio y a la misma clase. Y en ese lugar, yo podía hacer todos los deportes del mundo: había un campo de rugby tan impresionante que no me explicaba cómo ese pueblo podía tener aquellas instalaciones. Había una pista de césped en la que podía jugar a todo. También jugué al fútbol. Era un lugar frío. Incluso practiqué deportes de nieve. En invierno nos hacíamos nuestros esquís, trineos y salíamos a la nieve.

-¿Esa afición al deporte viene entonces de allí?
-Sí. La pasión por el deporte la traigo de allí, porque allí hice de todo. Tuve esa facilidad.

-Con 10 años vuelves a Coria. ¿Qué te encuentras?
-Pues me encuentro con gente que conozco que han formado un grupito y que entrenan con Rogelio. Estaba recién inaugurado el pabellón cubierto, era el año 75, y empezamos a entrenar allí. En aquella época yo era bastante bueno. Recuerdo que gané un campeonato de Andalucía infantil. Pero, por desgracia, Rogelio no podía, o no era capaz, de llevarnos a competiciones oficiales. Algunos nos federamos, competíamos, pero de aquella época de jovencito no recuerdo marcas.

-O sea, que llegas a Coria y, aparte del bagaje francés del rugby, el fútbol, el balonmano, la nieve… también corrías…
-Corría. Y corría bastante. En esas categorías siempre peleaba con los primeros. Incluso ganaba algunas veces. Pero hubo un momento de parón entre los 12-13 años y los 18.

-Una edad clave.
-Totalmente clave. Iba al instituto por la tarde y trabajaba por la mañana. Corría de vez en cuando pero sin plan. A los 18 años volví a empezar en serio. En esa época, Rogelio tenía a gente metida en la pista, pero no la entrenaba. Yo nunca entrené un 400, ni un 800… Pero conseguí marcas bastante buenas. En aquellos años recuerdo un 400 en 52,03. Ahora hay mucha gente que lo hace, pero aquello para mí era un marcón. Ojalá lo viera ahora mismo. Y en 800 me quedé en 2.00,00. Fue una espinita que se me quedó ahí. No fui capaz de bajar de los dos minutos y ya...

En el único maratón que he corrido, en el kilómetro 37 ya no veía nada, estaba todo oscuro, me tiré en una camilla y allí me dejaron hasta que fui recobrando la consciencia. Pero llegué a la meta”

-¿La distancia larga no te llamó nunca?
-Dos meses antes de irme a la mili me metí el maratón de Sevilla. El Mixto mayor, Ostos mayor, Manuel Ufano… la gente veterana del club, me convencieron para prepararla. Yo entonces tenía un medio maratón en 1.13, que es bastante rápido. Entonces me metí en el maratón y, ufff, cada vez que me acuerdo… No he entrenado más en mi vida. Pero mi problema en aquella carrera fue la inexperiencia. El medio maratón lo pasamos en 1.18… Yo, cuando estábamos corriendo, pensaba que iba cómodo. Pero llegó el kilómetro 37 y… muerto, muerto, muerto. Prácticamente podía haber dado por terminada la carrera. No veía nada, estaba todo oscuro, me tiré en una camilla y me dejaron allí un buen rato hasta que fui recobrando un poco la consciencia. Entonces fui viendo mi situación y me ubiqué. Me dije: “Estoy en el maratón. Es la primera vez. Tengo que terminar como sea”. Y acabé. Hice cuatro o cinco kilómetros andando y cuando vi la meta del Parque de María Luisa a lo lejos arranqué a correr, para que me vieran llegar corriendo. La marca fue 3.05,12. Es el único maratón que tengo. Tengo la foto como recuerdo, pero no, no...

-¿No lo has vuelto a intentar?
-Te puedo asegurar que no me atrae. Se acabó.

-Has hablado de la mili. El servicio militar, salvo excepciones, solía cortar progresiones en los estudios, en el deporte y en la vida. ¿Cómo fue tu mili?
-Por desgracia, llegó la mili. En Burgos. Pero allí compito y quedo campeón regional de cross corto y sexto en el largo. ¡El regimiento me montó un homenaje…! ¡No veas! Me clasifico para los campeonatos de España militares. Compito allí, donde coincidí con gente de élite en mi equipo, como Teófilo Benito, ya fallecido. Entonces uno me preguntó que cómo se me daba el baloncesto. Yo, aparte de las pachanguitas en los entrenamientos con Rogelio, no había jugado nunca. Tenía buena muñeca (buen tiro) y entré en el equipo que tenían en el cuartel.

-Y entonces, cuando acabas la mili, te presentas en el Club Baloncesto Coria…
-Sí. Me presenté en el Coria pidiendo jugar. No sabía ni botar. La muñeca me salvaba. Carlos Pavón fue en ese momento el que me ayudó sin tener por qué hacerlo. Se venía una hora antes y entrenaba conmigo para que aprendiera a botar con las dos manos y cogiese algo de técnica. Me machaqué bastante.

-Claro, todo eso es coordinación y eso se coge en la niñez…
-Volví de la mili con 21 años y con esa edad tuve que aprender a jugar a baloncesto. Y algo aprendí. Incluso jugué el año que vinieron Raúl Pérez, Juan, uno de Gines con más de dos metros… Entré en el equipo y estuve jugando hasta los treinta y pico. Mi último equipo fue el Lepe, por motivos de trabajo, ya que vivía en Ayamonte.

-¿Qué haces después del baloncesto?
-Desde esa edad hasta los 42 no hice nada serio en deporte. Julián Fuentes, con quien tenía una gran relación, me insistió para que volviese a correr. Recuerdo que al principio entre él y Joaquín Castro me dieron una paliza de 17 kilómetros corriendo por el Gurugú que se me quitaron las ganas de seguir. Me acordé de todo el santoral de ambos. Pero seguí. Empecé con el fondo, que en ese momento me atraía, y ya en 2007 hice el medio maratón de Chipiona que me preparó nuestro presidente, Francisco Herrera. Quería hacerlo en 1.25 y lo clavé. Con 90 kilos y sin cualidades, rodé a 4 minutos. En ese momento, casualidades de la vida, viene el Mixto y me habla de que hay un campeonato de Andalucía. Y nos plantamos los dos allí. Competimos en el 3.000 obstáculos, que por cierto hay imágenes por ahí que dan risa. Estaba lesionado de los isquios y tuve que pasar los obstáculos como pude. También hice un 800. Ahí descubrí que lo que me gustaba era la pista.

-Por morfología, no eres un fondista. Ni siquiera velocista. El perfil es más de lanzador, ¿no?
-Sí, sí. De lo que hago ahora. He hecho algún 1.500, algún 800… Pero no me llenaba. Y entre que empecé a aprender cosas y que me gustaba el tema técnico, probé en los lanzamientos. ¿Por qué no? Estaba fuerte y probé. Me vino bien porque empecé a entrenar en la Cartuja, que me cogía cerca del trabajo. Allí hay un grupo de atletas veteranos a los que les gusta mucho el lanzamiento. Me invitaron a probar, empecé, iba bien, me entró el morbillo y empecé a competir. Las primeras competiciones me salieron bien y seguí. Luego vino el curso de monitores y este último que he hecho, donde he aprendido muchísimo. Aproveché la ocasión y aprendí yo mismo a practicar algo que posteriormente tendría que enseñar.

Junto a otros lanzadores, en plena competición

-Tú mides lo que mides y tienes la fuerza que tienes, pero te pones junto a, por ejemplo, Mario Pestano y te sacará tres cuartas a lo alto y a lo ancho… ¿Qué cualidades debe tener un buen lanzador? ¿Qué es más importante: la coordinación, la fuerza explosiva, la velocidad de ejecución, la envergadura…?
-Uno de los motivos por los que lanza casi el doble que yo es, precisamente, ese. Aquí influye mucho la envergadura. Cuando el lanzador abre los dos brazos es un armario y cuando gira la cadera, eso genera una fuerza impresionante. Luego hay que tener mucha facilidad para aprender la técnica. No he visto otras disciplinas en las que tenga tanto que ver el tema técnico. Te puedes llevar horas y horas… Llevo dos años lanzando disco y ha habido momentos en los que he estado tentado de dejarlo. Yo no veía manera de aplicar la técnica a mis lanzamientos. Pero soy cabezón y no lo dejé. Porque, además, el de disco es el lanzamiento que más me gusta. Lanzaba la jabalina, pero no me llenaba. Sin embargo, un vídeo de Mario Pestano puedo verlo catorce veces. Me encanta la dinámica de ese movimiento. Por supuesto, hay que tener fuerza, pero uno de los factores fundamentales es la velocidad de ejecución y para ejecutar un movimiento rápidamente has de tener buena técnica. Ese era mi principal problema al principio, la velocidad. Todo el que me veía me lo decía: “Te falta velocidad al final”.

El lanzador tiene que tener velocidad. He visto a lanzadores con más de cien kilos competir con velocistas en distancias cortas, de veinte o treinta metros, y ganarles”

-El lanzador es una especie rara dentro del atletismo, ¿no? Es como el portero de un equipo de fútbol: un poco solitario, un poco marginal, los focos apuntan a otro lado…
-Sí. Pero he visto cosas impresionantes en lanzadores. Por ejemplo, competir con velocistas en distancias de veinte o treinta metros y ganarles. Y no de poco. Tíos de mucho peso, pero que en esa distancia corta se mueven rapidísimos. Conozco a uno que, con 120 kilos, compitió en lanzamiento en pista cubierta y dijo: “Pues ya que estoy aquí voy a competir en 60 metros”. Lo veías en la línea de salida y te decías: “¿Dónde va ese?”. Pues ganó.

-Entonces, ya tenemos claro que lo tuyo es el lanzamiento…
-Sí, pero lo que más me gusta de los lanzamientos es que se incluyen dentro de las pruebas combinadas, que en veteranos es un pentatlón, que eso sí es lo que más me gusta. Dentro de pentatlón hay dos pruebas de lanzamientos, el disco y la jabalina, donde suelo puntuar bastante. Luego hay un salto de longitud y un 200, en los que me defiendo. Y también hay un 1.500, que es lo que me va peor. El año pasado fui campeón de Andalucía en todas las categorías de veteranos en pentatlón, ya que les gané a los de 35 años y a los de 40.
 
-Al atleta de élite le pedimos medallas y marcas en los grandes campeonatos, pero el resto del año prácticamente está pendiente de una marca que le facilite una beca y que le lleve a ese campeonato, mendigando patrocinadores que no suelen llegar y entrenando en condiciones impropias. Esto lo acusa más el lanzador, que necesita unas condiciones de entrenamiento especiales. No es calzarse y ponerse a correr. Mario Pestano llegó a decir que tenía que comprarse él el material de su bolsillo, como un popular más. ¿En qué situación estamos en ese aspecto?
-Con Mario Pestano he hablado varias veces. Ha estado un par de años en Sevilla y se ha vuelto al CAR de Barcelona, donde está concentrado para los Juegos Olímpicos. Es uno de los mejores del mundo y, para entrenar el disco, le tenían que dejar una zona sólo para él, ya que en la Cartuja no hay jaula, con todo el peligro que eso conlleva para los demás atletas. Y eso, el único que lo tenía permitido era él. Además, la zona que hay en la Cartuja para los lanzadores es horrorosa, llena de piedras, donde un disco, que cuesta 150 euros, se puede romper con facilidad. Esa es la situación.

-Se produce una paradoja: cada vez hay más gente aficionada a correr, pero el seguimiento del atletismo de élite es también cada vez menor. ¿Qué ha pasado? ¿Estamos huérfanos de grandes duelos como el de Johnson-Lewis, de grandes retos como los saltos de Bubka…? ¿Han hecho daño, como en el ciclismo, los casos de dopaje?
-Entiendo que este problema lo tenemos aquí en España, no fuera. El problema es de promoción y de medios. Te vas a otros países y no tiene nada que ver con lo que hacemos aquí. Acabamos de tener una reunión en la Delegación Sevillana de Atletismo para preguntarnos por qué no salen atletas últimamente, sobre todo de aquí de Sevilla. Y menos mal que tenemos tres o cuatro de buen nivel. También hemos tratado el tema de la promoción del atletismo. Se sacaron algunas conclusiones, entre ellas, la reticencia de la mayoría de los ayuntamientos a destinar dinero al atletismo, que eso está muy claro. Por ejemplo, aquí en Coria, si no es por la buena voluntad de los cuatro monitores que estamos ahí, la Escuela de Atletismo no está, ni hubiera estado el año pasado ni el anterior. Mira, tenemos a Isabel Grau, que con 14 años está compitiendo a un nivel altísimo en el campeonato de Andalucía absoluto, que ha competido en todos los campeonatos de Andalucía, que ha ido ya a un Nacional cadete, siendo de las tres mejores del ranking en 60 metros. Y, no es falsa modestia, ella ha tenido la suerte de haber coincidido con nosotros, con Mari Carmen Pichardo, con Mari Carmen Sales, con José Antonio Velasco y conmigo, que estamos aquí perdiendo dinero, pero que seguimos haciéndolo porque nos gusta. Yo estoy aquí, evidentemente, porque saco algo. ¿Qué saco? Un disfrute personal para reventar. Te lo juro. No he disfrutado más en mi vida. Pero con los chavales, ¿eh? Mis competiciones personales están ya en un segundo plano.

-¿Qué evolución ha tenido la Escuela y en qué momento se encuentra ahora?
-El cambio que experimenta la EMA llega hace un par de años. El cabezón de nuestro presidente –que esa es otra, si no fuera por él, ni escuela, ni carreras, ni nada, ni siquiera estaría yo, porque él es el faro que marca el camino– puso un empeño grande en el tema de la escuela. Y dio conmigo. Estuvimos los dos empeñados en hacerlo. Lo intentamos con otras personas, pero el nivel de compromiso no llegaba a lo que queríamos. O no podían por el tiempo que había que dedicarle o por la propia exigencia que nos habíamos puesto. Esos argumentos se entienden y se entendieron perfectamente, porque es verdad que lo que queríamos era bastante complicado por la exigencia que requería. ¿Por qué? Porque si tú te empeñas en criar una cantera de atletas pequeños hasta infantil, cuando llegas con ellos a cadete, ¿qué haces?, ¿les das largas?, ¿paramos ahí?

-Claro, lo ideal es que haya una continuidad…
-Eso lo hablamos mucho al principio. Dijimos: “Tenemos muchos atletas hasta aquí, pero a partir de ahí, desaparecen, se dedican a otras cosas”. Y me lo tomé al pie de la letra. No hay nadie más pesado que yo. Incluso nos estamos metiendo en temas de estudios, porque hay padres que recurren como castigo por las malas notas a lo que más le gusta al niño: en este caso, el atletismo. Ese castigo supone dejar el atletismo. No entiendo por qué hay que recurrir a ese castigo. Creo que esto reporta algo bueno. El atletismo no puede ser malo. Un padre debería ver que el atletismo está dentro de las cosas que le van a venir bien a su hijo en el futuro, porque da capacidad de trabajo, voluntad de mejorar, de venir todos los días y currárselo. En los entrenamientos se sufre, ¿eh? Aquí no se viene a echar un rato.

-Eres deportista, atleta multidisciplinar, directivo del club, director de la EMA, juez de atletismo… ¿Tienes una visión privilegiada de este mundo? ¿Cómo se ve todo desde ahí?
-Estoy aprendiendo mucho de temas que yo creía que no importaban. Por ejemplo, en el tema de los jueces me estoy encontrando con muchas sorpresas. Hay gente que se lo toma como un trabajo más y no es así. Los jueces son tan fundamentales… He visto casos de gente que con un poquito de tacto hubiera seguido en el atletismo y por culpa de una pequeña tontería, un centímetro, una décima, se han desilusionado y han abandonado.

-Crees entonces que un juez debería ser riguroso en campeonatos absolutos, pero debería tener un poco de mano izquierda en categorías inferiores. ¿No?
-Eso es. Pasando un poco la mano no se le hace daño a nadie. Al contrario, estás permitiendo que un chaval con posibilidades que no haya tenido un buen día vaya a un determinado campeonato donde sí puede tener ese buen día. Estás motivándolo. Sin embargo, hay casos en los que jueces inflexibles han cortado una progresión. Conozco a uno, que en cadete había batido el récord de España, que lo dejó por eso. Los jueces tienen que haber hecho atletismo antes. He visto descalificaciones que son para matar al juez, porque antes él ha matado al atleta. No se puede castigar a un niño de esa manera. Y si miramos a los entrenadores: la inmensa mayoría son egoístas, no quieren compartir lo que conocen, hay tiras y aflojas a ver si me quedo con tal o cual atleta. Eso no lo sabía yo hasta que he entrado. Sí hay un grupito de entrenadores, a los que conozco, que son maravillosos. He coincidido con ellos en el último curso y te van a dar lo que haga falta y van a compartir contigo lo que puedan. Pero el comportamiento de la vieja guardia no me parece el más correcto.

Este año no ha habido carrera popular en Coria, fundamentalmente, por falta de interés por parte de los miembros de nuestro propio club”

-También eres organizador de carreras…
-Sí… Por desgracia, sí.

-¿Qué ha pasado para que este año no haya carrera popular en Coria?
-Pues creo que, sobre todo, falta de interés dentro de nuestro propio club. Parecía que sólo la organizábamos Francisco Herrera y yo. Los demás venían el día de la carrera y ya está. Sí, había algunos atletas del club corriendo, algunos otros colaborando y otros que aprovechaban para irse a distintos sitios, como por ejemplo a Jerez para ver las motos. Este año la primera fecha que propusimos también coincidía… A mí las motos me encantan. Y cada vez que puedo las veo. Y si me tengo que levantar de madrugada, también las veo. Pero cuando tengo que hacer esto lo hago. Mi interés era hacer una carrera para que la disfrutáramos la gente del club. El primer año, bien, pero el segundo año hubo quejas, pegas, críticas y falta de interés. Todo eso se une a que este año no hay dinero. Porque si hay dinero, se organiza. Quizás a otro nivel, pero se organiza. El club, incluso, ha tenido que hacer frente a una serie de pagos que correspondían a algunos patrocinadores que no han cumplido con su compromiso. Supuso tanto tiempo y tanto esfuerzo intentar conseguir ese compromiso y que luego no lo cumplan… Entonces decidimos hacer algo, pero sólo para los niños. Tenemos un par de patrocinadores que pagan los trofeos, tenemos las bebidas… Lo esencial para intentar que por lo menos los niños no se queden sin su carrera.

M.Carmen Sales y Sebastián Galán

-¿Cómo se conjuga todo esto con la otra vida, con la laboral y, sobre todo, la familiar?
-Pues, ahora mismo, no sé si hay otra vida ya. Tengo mi trabajo, que lo llevo por delante. Pero la inmensa mayoría de mi tiempo se lo dedico a esto. La suerte que tengo es que mi mujer es una campeona en todos los sentidos y le gusta esto también. Le gusta lo que yo hago. No le importa irse a entrenar con los niños a deshoras o un día que no toca entrenamiento. Nosotros tenemos contratado lunes, martes y jueves una hora y media. Pero solemos estar cuatro o cinco horas cada día. Y todos los fines de semana hay competiciones, con sus consiguientes desplazamientos en nuestros coches, porque hay padres que no pueden ir, o no se preocupan… Que ese es otro tema: no sé hasta qué punto nos estamos pasando, porque estamos haciendo casi de padres. Nos preocupamos de que el niño pueda competir porque quiere, pero sin embargo el padre dice que no puede y que, si no va, pues que no vaya.

-Estáis tomando una responsabilidad que corresponde los padres, vaya…
-Algunos no le dan importancia. Y ahí está también Mari Carmen Pichardo, cuyo trabajo con los más pequeños me parece impresionante. Ella y José Antonio Velasco. Lo que veo bueno de lo que estamos haciendo es la motivación que procuramos darle al niño. Y para eso no debemos fallar. Tenemos que estar todos los días ahí. Luego está el tema técnico y enseñarles lo básico, yo mismo lo estoy aprendiendo con ellos. Acabo de sacarme el título de entrenador de club, que mi trabajo y mi dinero me ha costado, y lo que sé intento que ellos lo hagan. Otra cosa quizás no, porque aquí todos sabemos mucho y no sabemos nada, pero creo que lo que sí soy es un buen motivador. Esto me llena y estoy orgullosísimo de hacer lo que hago. El funcionamiento de la escuela me gusta mucho, hasta que hablamos del tema económico...

-¿Insinúas que a la EMA puede sobrarle la eme?
-Bueno, no exactamente. No conozco en profundidad la política ni cuál es el proceso en la toma de decisiones en ese mundo. No he conocido a anteriores concejales de Deportes y no sé si el actual, Emilio Osuna, tendrá más capacidad de la que está dando o él también se encuentra con trabas. Pero que yo lo llame por teléfono y me conteste y que el problema que le proponga lo intente solucionar, me parece muy correcto y de agradecer. Lo he llamado para hablar de carreras, de la escuela y de otras cosas… Y siempre ha intentado solucionar los problemas, unas veces con más éxito y otras con menos, pero él ha puesto de su parte y nos ha respondido. Su papel me parece fundamental para que la escuela esté funcionando aun sabiendo, porque lo vemos, que las instalaciones no son las mejores, que tenemos que convivir con los balonazos de la Escuela de Fútbol y que existen multitud de problemas.

-Has hablado de motivación. Hace poco estuviste con Isabel Grau en el campeonato de España en Oviedo. Ahí, tras su salida nula y su descalificación en la final, sí que habría una tarea de motivación. Ese viaje de vuelta…
-No lloré no sé por qué. La veía venir por la recta llorando desconsolada y el sufrimiento que yo sentía entonces… Y ocho horas de viaje hasta Coria hablando y hablando. Pero bueno, todo se olvida y se ha vuelto a venir arriba.

-¿Qué echas de menos en el club?
-No me parece mal. Somos más de cien, pero no podemos hacer mucho más de lo que hacemos. Por ejemplo, no podemos mantener una escuela nosotros solos. Quizá sí echo en falta más implicación de la gente. Pero entiendo también que no podemos hacer más. Tenemos la suerte de que está ahí el señor Francisco Herrera, que siempre se inventa algo para que esto siga yendo hacia delante. A él le estará costando la misma vida hacer lo que hace, aunque tiene la suerte de que su mujer le está aguantando. Y yo, pues tengo un poco más de suerte, porque a mi mujer le gusta el atletismo y su trabajo en la Escuela es básico para el futuro de los niños.

Atleta completo

PALMARÉS.-
CAMPEONATOS DE ESPAÑA AL AIRE LIBRE
Subcampeón de España Veterano M-45 en lanzamiento de jabalina (Águilas, 2011)
4º en Campeonato de España Veterano M-45 en lanzamiento de disco (Águilas 2011)
5º en Campeonato de España Veterano M-45 en lanzamiento de jabalina (Arona, 2010)
6º en Campeonato de España Veterano M-45 en lanzamiento de peso (Arona 2010)
5º en Campeonato de España Veterano M-40 en lanzamiento de jabalina (Vitoria, 2009)

CAMPEONATOS DE ESPAÑA EN PISTA CUBIERTA
4º en Campeonato de España Veterano M-45 en triple salto (Antequera, 2011)

CAMPEONATOS DE ANDALUCIA AL AIRE LIBRE
Subcampeón de Andalucía absoluto de lanzamientos de invierno 2012 en disco (Baza 2012)
Campeón de Andalucía Veterano M-45 en pentathlon (Ayamonte, 2011)
3º en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de peso (Jaén, 2010)
4º en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de jabalina (Jaén, 2010)
4º en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de disco (Jaén, 2010)
2º en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en relevo 4x100 (Algeciras, 2009)
3º en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en lanzamiento de peso (Algeciras, 2009)
4º en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en 3.000 m obstáculos (Herrera, 2008)

CAMPEONATOS DE ANDALUCIA EN PISTA CUBIERTA
3º en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en triple salto (Sevilla, 2011)
4º en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de peso (Sevilla, 2011)
3º en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en triple salto (Sevilla, 2010)
4º en Campeonato de Andalucía Veterano M-45 en lanzamiento de peso (Sevilla, 2010)
3º en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en lanzamiento de peso (Sevilla, 2009)
5º en Campeonato de Andalucía Veterano M-40 en 400 mls (Sevilla, 2009)

Jesús M. Martínez Sosa

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